29 abr 2012

Supongo que el amor si tiene un tiempo determinado.
Esto esta evidentemente dirigido, y no me molesta escribir puntualmente para alguien. Espero que en algún momento lo pueda leer.
Hace un año sentí que todo mi mundo se venía abajo... de hecho, se vino abajo. Me faltaba el aire, no sabía cómo seguir, miraba a la gente y lloraba, me encerré en mi cuarto muchos días a llorar, no quise que ninguna mano me ayudara. Perdí lo único con lo que contaba, con su amor. Viví por y para él. Eso me hizo no verlo a él también. Cometí muchos errores, la mayoría por querer retenerlo a mi lado. Era todo, era el aire que respiraba, el tiempo que pasaba, mis llantos y mis risas. Muchos más llantos debo decir.
Y un día me desperté con que eso ya no estaba más, con que me decía "ya no te amo". Y puedo firmar donde sea, que esas palabras son las más dolorosas de todas.
Intenté entenderlo, intenté retenerlo. Enloquecí. No entendía. ¿Cómo, si yo me desvivía por él, él elegía irse? ¿Qué más podría querer? No era perfecta, pero quería serlo por él.
Me hundí, sentía que él me había hundido, él... a quien yo le ofrecí la mano para que subiera... ahora me estaba pisando para que me vaya aún más abajo.
Escuché la canción "Crisis" de Las Pastillas del Abuelo unas 30 veces por día.
Me hundía todavía más.
Inevitablemente esa mano llegó, tocó lo más profundo de mi ser, ¡que estaba tan lastimado! Algunas palabras de aliento, de compañía me ayudaron. Me convencieron de que algo mejor me esperaba, y que él se perdía de mi porque me había dejado, que no había logrado verme. Que yo tenía todavía mucho más para dar.
Me sentí así. Empecé cada vez a subir un poco más, a necesitarlo un poco menos.
Como dato menor empecé a salir con otros hombres. Eso culminaba con un mensaje hacia él (siempre él es a quien esta dirigido esto) diciendole que lo extrañaba, que volviera, que entendía mis errores. Quería seguir siendo perfecta por y para él. La respuesta nunca llegó. A ningún mensaje llegó.
Él era el fantasma más oscuro, temible, y a su vez, amado de mi vida. Era todo lo que quería, porque no lo podía ver.
Con el tiempo, ese fantasma siguió observandome desde algún rincón de mi habitación, mientras yo empezaba a girar un poco la cabeza y mirar hacia el espejo, arreglarme, y sonreir.
Quería verme bien, sentirme bien. Quería dejar de llorar, pero eso pasó mucho tiempo después.
Algunos ángeles me ayudaron a eso. Invirtieron tiempo, y dinero en hacer que yo saliera de esas 4 paredes a las cuales recurría como refugio, después de que el día me trajera más de mil recuerdos que agrandaban la herida.
Mi cabeza comenzó a separarse de mi corazón. Salía a divertirme, a conocer gente, a sentirme un poco más yo. Logré sacar cosas que nunca pensé que iba a poder. Salió de mi eso que estuvo tan oculto este tiempo.
Si, pasaron hombres, como dije antes, pero esa parte de mi vida nunca volvió a ser tan importante. Si no podía tenerlo a él, nada me habría de tocar. Eran solo personas, con rostros X (tal vez, en mi imaginario, eran él). Algunos me quisieron tirar abajo ("¡No señor, ya estuve ahí, por quien amaba, por vos no voy a caer!"), otros en cambio me hicieron sentir más mujer. Pero nunca llegó a tocar mi corazón. No fueron superficiales, para nada. Es solo que no fueron importantes.
Tuve momentos tan especiales, mi quinto año, mi viaje de egresados, la muestra de fin de año del estudio de danza (GRANDES ángeles los que me acompañaron), todo parecía que terminaba bien. El año se cerraba así, uun poco agiitado, pero con un final "feliz".
Como en cada momento feliz que viví cuando estaba con él... lo busqué. En ese tiempo no dejé de hacerlo, solo que ya había dejado de hacer que lo note. Cuando él aparecía con palabras como "espero que podamos considerarnos en algun momento amigos" y culminaba con un "te quiero" que pasó a ser un "te quiero mucho" moría de bronca, tal vez de dolor, pero se había transformado en bronca. Ese fantasma que ya no sentía si estaba o no, ya tampoco lo conocía. Un total y completo desconocido.
Lo busqué. Siempre él distante.
Me preparé para un viaje de 1 mes...
Volvió.
Volvió con todo su amor en el bolsillo. Todo eso que había perdido, me lo estaba regalando de vuelta. ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Donde? ¿Cuando? ¿Queeeeeeeeeeeeeeeeee?
No entendía. Él, ese completo desconocido, contandome cosas que habíamos vivido.
Diciendome que lo hizo por mi bien.
¿Quién? Si él ya no está. No ensucies su nombre, no me pintes cosas que no son, él ya no está, ¡NO!
Nunca lo volví a tener, nunca volvió él a mi lado. Ese hombre, que intentó estar conmigo desde enero hasta el día de hoy, no es quien yo amé.
Ese Alejandro lo perdí ese 14 de abril del año pasado. Nunca más lo vi, nunca más volvió. Nunca contestó mis mensajes. Tal vez, murió. Tal vez, está sepultado en algún lugar, en alguna porción de tierra de ese hombre que hoy me odia. Si alguien sabe donde esta, que me avise. Quiero llevarle flores y llorar sobre él. Porque todavía lo amo, porque nunca encontré respuestas, porque todavía quiero ser perfecta para él. Porque él, fue mi aire, fue mi tiempo. Con él, me fui yo también. Y que ese hombre que hoy sólo puede darme veneno, que se aparte. Porque ensucia su memoria, y nunca va a lograr que lo ame. Porque yo ya amé. Y sepulté.

29/4/2012
Natalia Cabrera.

No hay comentarios: